Esto hecho significativo lo convierte, junto a Eduardo Cautiño
Insúa, en los primeros dueños de caballos en adquirir purasangres
para Puerto Rico.
Otros ejemplares famosos de don Cecilio fueron Trueno
Sordo, ganador de la Copa 4 de julio (1928), y Atalanta, ganadora de
la Copa Gobernador (1930). También fue dueño de Juanita, Liebre,
El Gacho, Celoso y Marta Martin.
Falleció el 10 de octubre de 1947. Su hijo, José Pilar
Isaac, también se destacó como dueño de caballos y fue exaltado al
Salón de la Fama del Hipismo Puertorriqueño en el 1998.