Ese fue el comienzo de una larga y fructífera carrera. Aún se
recuerda sus resonantes triunfos con los ejemplares Chorisbar, Lon
Chaney, Colito y Bachiller. Con éste último ganó 32 carreras de
forma consecutiva e invicto, lo que constituyó una marca hasta que
Camarero la mejoró en el 1955.
Por mucho
tiempo, Belmonte fue considerado como de los mejores jinetes de
Puerto Rico, incluso su habilidad lo llevó a montar en el exterior.
El año 1945 fue de ensueño para Belmonte. El 13 de mayo se
convirtió en el quinto jinete en ganar cinco ejemplares en una tarde
y al finalizar el año, su nombre estaba al tope en el renglón de
victorias con 78.
Al retirarse de
jinete, incursionó como entrenador. Entre los establos que laboró
figura el Opera Stable de don Antonio Fernández Castrillón. Mas
adelante tuvo su propio establo.
Belmonte fue
padre de tres destacadas figuras de nuestro hipismo; Johnny y Eddie
(jinetes) y Carlos (entrenador). Falleció el 13 de marzo de 1990.
Exaltado al
Salón de la Fama del Hipismo Puertorriqueño en el 1988.
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